jueves, 23 de abril de 2015

PATÉ DE CABRACHO

En realidad, en "honor a la verdad", esta receta debería tener otro título: "falso paté de cabracho", y es que, a la hora de hablar de los ingredientes, el "susodicho" no aparece por ningún lado ... y es que va sustituido por otro que, cuando pruebes el paté verás que engañará  a tu paladar. A lo largo de la receta entenderás mucho mejor lo que pretendo explicarte. ¡vamos a ello!



INGREDIENTES:

  • 300 grs de merluza congelada sin piel.
  • 2 huevos.
  • 200 ml de nata para cocinar.
  • 150 ml de tomate frito.
  • 1 cucharada de mahonesa.
  • Sal

ELABORACIÓN:

Como has visto, el cabracho no aparece, y es que lo vamos a sustituir por la merluza. Te garantizo que el resultado de sorprenderá. Pero si tienes mucho capricho por hacerle de una forma "auténtica" no hay problema, sustituyes la merluza por la misma cantidad de cabracho, eso si, te dará el doble de faena, ya que tienes que tener muchísimo cuidado con sus espinas y escamas, ya que no es nada agradable que se te "cuelen" en el paté.


Lo primero que haremos será descongelar los filetes de merluza y posteriormente, antes de utilizarlos secarlos bien con papel de cocina por ambos lados, ya que contienen mucha agua, y eso, luego nos puede aportar un punto negativo en el paté porque nos puede quedar "aguado"


Lo hacemos así.


Cortamos en trozos la merluza y revisamos bien que no contenga ninguna ¡espina traicionera!


Lo ponemos en un bol y vamos añadiendo el resto de los ingredientes. En este caso, los huevos.



Ahora la nata.


El tomate, que es más o menos la medida de medio vaso de agua.


Una cucharada muy generosa de mahonesa.


De sal pon más o menos una cucharada de café, yo puse en principio media, como te enseño en la foto, pero cuando lo probé antes de hornearlo tuve que añadir más porque estaba soso.


Lo batimos todo con la batidora.


Nos quedará así. No tiene que ser un puré trituradísimo , si observas la foto con detenimiento verás que la mezcla es un poco espesa. Llegados a este punto, y antes de hornearlo, yo, aunque los ingredientes estén crudos pruebo un poco para ver como está de sal, pero bueno, si no te apetece, con la cantidad que yo te indico en la receta te quedará muy sabroso.


Untamos el molde con margarina o mantequilla. Yo lo hago con mantequilla, ya que me resulta más cómodo porque está más blandita y es más manejable.


Volcamos el contenido en el molde.
Yo en este caso he utilizado uno, pero en otras ocasiones hago dos pequeños, me gusta su tamaño a la hora de presentarlo.
Para orientarte con las medidas de este te diré que son 226x166x36 mm.


Para hornearle vamos a utilizar "baño María" en el horno. He puesto agua en una fuente de cristal, en el cual irá "sumergido" nuestro molde. Te enseño la cantidad de agua.


En esta foto, puedes ver mejor por donde tiene que llegarle más o menos el agua al molde. Puedes poner menos agua, pero no más, ya que luego, al hervir en el horno puede que el agua suba demasiado y caiga en el paté.
Tendremos el horno ya precalentado a unos 200 grados, lo bajamos a 180 grados y le horneamos unos 40 minutos. Para saber si está cocinado hacemos como siempre, le pinchamos con algún utensilio y si sale limpio es que ya está. No te olvides de "jugar" con el calor residual del horno, y si ves que le queda un poco puedes apagarlo, con el calor que todavía mantiene, se terminará de hacer.


Lo sacamos del horno e inmediatamente y con mucho cuidado de no quemarnos retiramos el paté a otra base para que no siga en contacto con el agua caliente sino se cocerá más de la cuenta.


Así. Ahora lo dejamos enfriar a temperatura ambiente, y cuando ya esté frío lo tapamos con papel film o de aluminio y lo mentemos en la nevera.


Puedes presentarlo así con un cuenco de mahonesa por si a algún "comensal" le apetece ponerle un poco para acompañar.
Espero que hayas aprendido cosas nuevas y  que te parezcan interesantes tanto la receta,  como el "cambio" de ingrediente. Se que te quedarás sorprendid@ gratamente. ¡disfrútalo!

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